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Habana Vieja

25/9/07


Habana Vieja és un exemple de la captura d'un lloc per la seva imatge. El nou pla de la ciutat està portant a terme una rehabilitació del barri antic guiada per Eusabio Leal des de la Oficina del Historiador. Us recomano la pàgina perquè contrasta amb la mediocritat de les webs cubanes.

La Havana que està construint Leal és essencial una Havana colonial. No hi ha rastre de la Revolució, ni de la presència ianqui. Tampoc es posen en valor les restes d'art deco o el neoclàssic. Com en un decorat, la ciutat està essent atrapada per la simbologia colonial. Els colors, les llambordes, la retolació, els materials, les obertures... tot sembla una versió simbòlica de les escenes del XVI i el XVII. La imatge del Google Earth ens permet veure com la taca de colors avança poc a poc en el paisatge urbà. Una de les peces més rellevants del projecte són els hotels gestionats per Habaguanex, que mostren l'orientació turística de la rehabilitació.

Els interrogants sobre aquesta actuació són molt diversos. És lícit intervenir en el territori fins el punt de controlar quines activitats es porten a terme?. De quin color ha de ser una ciutat?. Quin és l'espai que conservem i quin és l'espai que eliminem?. Les ciutats turístiques han de ser pels turistes?...

4 comentaris:

Anònim ha dit...

En numerosos sitios y ciudades del patrimonio mundial, especialmente en los países en vías de desarrollo, los turistas son alimentados, divertidos y tratados como si estuvieran en sus propias casas, minimizando así la diversidad cultural de la ciudad visitada, por lo menos durante la temporada turística. Irónicamente, la temporada turística se convierte en el peor momento para visitar este lugar para los turistas que son puritanos en el plano cultural.

Anònim ha dit...

La avidez del consumo turístico se mezcla con el consumo cultural y provoca crisis de identidad en el mundo de la creación y gestión cultural, y también en el de la gestión del patrimonio monumental. En ciertas zonas urbanas de nuestras ciudades, los turistas ya no son los visitantes, sino sus residentes, los ciudadanos que ven como son desposeídos de su ciudad sin entender del todo quién maneja los hilos de este gran negocio ni hacia dónde se dirige.
La imagen del país emitida al exterior y la imagen percibida no siempre casan.
(Fragmento de un artículo de Dolors Vidal para La Vanguardia 22/05/25005)

Anònim ha dit...

Las ciudades turísticas han de ser para los turistas y para los residentes.- Podemos acaso seguir imaginando al extranjero culto, descendiendo del taxi que lo trae de la estación del ferrocarril, abarrotado de maletas de piel, con un atuendo distendido pero formal, ingresando al tradicional hotel, relajado y feliz de pensar en todos los placeres artísticos y literarios que sus lecturas previas le hacen esperar de su larga estancia en la ciudad. O quizá percibir fugazmente a la sonriente pareja, botella de agua mineral en mano, que ojea la pantalla del ordenador en la oficina de turismo esperando saber qué pueden hacer en la ciudad y donde encontrar un Mc Donalds mientras esperan el comienzo del megaconcierto de música étnica...

DonAire ha dit...

La pregunta que nos tendremos que formular es si se puede gestionar un espacio (que es UNO) para sensibilidades diferentes.